jueves, 21 de noviembre de 2013

EL MÉTODO "La vida es un continuo destello fugaz"



La vida es un continuo destello fugaz




EL MÉTODO

"Está usted sentado en una silla o un banco, quizás se haya tumbado en la cama o mejor, está rodeado totalmente de cojines, de todas formas está usted cómodo.
La mente no deja de funcionarle, aunque sólo percibe aquello que está leyendo, puede ir visionando lo que lee o puede ir memorizándolo, se podría decir que usted está concentrado en la lectura".
- Jaime leía estas líneas prestando la mayor atención posible, se trataba del nuevo método  RAFFER-OLLEMAN (paso a otra etapa).
-¡Jaime! te ha llamado tu amigo Guillermo, quiere que vayas a su casa, tiene no se que darte.
-Como de costumbre Jaime nunca contestaba la primera vez que se le hablaba.
-¡Jaime! ¡escúchame! tu amigo Guillermo quiere que vayas a su casa; ¡tío es que me desesperas! siempre igual, ¡parece que estas tonto!.
-Esta vez Jaime tardaba mucho más tiempo en contestar y Elisa dejando de  ordenar los libros en la estantería del comedor, atravesó la puerta abierta del cuarto de su hermano y fue directamente hacia el, que se encontraba de espaldas a la puerta, apoyados los codos en la mesa.
-¡Jaime!, ¡Jaime!  ¡Mamaaaaaa!.
-Su hermano ya no podía oírle; se había subido en el significado de una frase y viajaba con él recorriendo los distintos caminos que podía seguir en la aplicación práctica de ese significado. 
Jaime era un alumno mas o quizás una víctima mas del método RAFFER-OLLEMAN difundido para todo aquel que  quisiera o quisiese evadirse.
La luz me daba de lleno en los ojos impidiéndome ver mas allá del aura que despedía el foco de 5000 vatios colocado delante de la ventana. Me daba perfecta cuenta de que desde dentro podían observar mis movimientos y en cualquier  momento oiría el agudo pitido de la nueva alarma instalada en el museo. Confiando en la suerte, que por el momento, nunca me había fallado, crucé velozmente los escasos 50  metros que me separaban del potente foco.
Si en ese momento, hubiesen accionado el mecanismo de alarma, no lo habría podido escuchar; las palpitaciones del corazón debido al esfuerzo de la carrera y el nerviosismo me lo hubieran impedido.
Esperé unos instantes agazapado al lado de un seto espeso hasta que mi ritmo cardíaco volvió a la normalidad. estaba en el sitio exacto.
A tres pasos de distancia se encontraba el tubo de desagüe que baja desde el tejado hasta donde yo me encontraba, estaba bastante alto, pero sólo tenía que subir dos pisos para encaramarme a la ventana de donde salía una débil luz amarillenta, sin duda, luces de posición para el vigilante nocturno.
Me incorporé y colgué de mi hombro derecho la bolsa de las herramientas.
Estaba a la altura del primer piso cuando la luz de una linterna proyectó mi sombra fantasmagórica contra la pared, de inmediato mis músculos se agarrotaron y quedé aferrado al tubo de desagüe impidiéndome todo movimiento.
Los perros ladraban debajo de mi, al mismo tiempo que arañaban la pared intentando subir hasta donde yo me encontraba.
Como pude, seguí avanzando, intentando alcanzar la ventana, antes que alguien  se asomara por ella. Todo fue inútil, el vigilante de los jardines utilizó su arma reglamentaria y caí fulminado al suelo.
El suelo cosa curiosa no estaba duro ni frío, al contrario era mullido y cálido.
Pronto me di cuenta de lo que había sucedido; no tuve suerte en la aplicación práctica de mi significado y en vez de avanzar en las etapas de perfeccionamiento, retrocedí a mi vida anterior.
Lloraba pensando en la pérdida de todo el tiempo transcurrido desde que pasé por el método RAFFER-OLLEMAN a una etapa superior.


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